Visitando
hace poco la estupenda exposición sobre Carlos III el Noble en el Archivo de
Navarra, reparé en una fotografía aumentada de su gran sello, fijándome en un
detalle muy concreto que hasta entonces me había pasado desapercibido.
En efecto, y copiando literalmente su descripción del maravilloso libro "Sellos Medievales de Navarra", se trata de una representación ecuestre vista por su lado derecho. En el escudo, sobreveste, cubiertas y testera del caballo las armas cuarteladas de Navarra y de Evreux. Yelmo coronado, con mantelete de las mismas armas y cimera: cuba con las mismas armas y monte de plumas de pavo real. En los arzones, las armas de Navarra. Bajo el caballo, un lebrel.
+S ‘ KAROLI DEI GRACIA NAVARRE : REGIS ET : DUCIS : NEMOSENSIS
Cuelga del Privilegio de la Unión de la ciudad de Pamplona, datado por tanto el 8/9/1423, pero sabemos también que su matriz fue elaborada originalmente para el segundo Gran Sello de su padre Carlos II (que es de suponer se inspiraría en su primer Gran Sello), en Zaragoza en 1385 por Concelin Blanc de Estrasburgo, y reformada luego para Carlos III en 1387 por Jean Boneau. Entre ambos modelos, podemos ver que Carlos III cambió su propia intitulación: de conde de Evreux a duque de Nemours, pero también hizo incluir el detalle que me llamó la atención: una “cadena”, que podemos ver que no llevaba su padre en su primer Gran Sello propio:
Y recordemos, gracias al hallazgo documental del profesor José Marcos García Isaac en el Archivo de la Corona de Aragón, del que ya me ocupé en
https://cronicasirreales.blogspot.com/2020/04/la-empresa-y-divisa-de-la-cadena-de.html
esta otra sorprendente noticia heráldica, según la cual Violante de Bar, duquesa de Gerona (la princesa heredera de Aragón) dirigió este mensaje el 19 de septiembre de 1386 a su primo hermano, el entonces todavía infante heredero de Navarra, futuro Carlos III:
“…Molt car cosi, en aquestes parts ha cavallers e scuders molts, qui desigen esser de la vostre empresa e divisa de la Cadena. Perque molt car cosi, nos pregam, affectuosament, que la dita empresa, ab copia dels capitols e ordinacions, nos vullats trametre, ab tot poder, en manera que nos la puxam donar per vos aci, a aquells que semblant nos sera…
Traducido:
“…Muy querido primo: en estos lugares hay muchos caballeros y escuderos que desean formar parte de vuestra Empresa y divisa de la Cadena. Por lo cual, muy querido primo, os rogamos afectuosamente que queráis transmitirnos fielmente dicha empresa, con la copia de sus capítulos y ordenamientos, de manera que podamos entregárselas aquí a aquellos que mejor nos parezca…”
Fuente: Archivo de la Corona de Aragón, Real Cancillería, reg. 1819, f. 63v.
El documento es bien claro: desde la corte de Aragón se pide en septiembre de 1386 al infante de Navarra que les envíe el reglamento de su Empresa y divisa de la Cadena, nuevo y desconocido voto caballeresco, creado por Carlos III.
¿Será esa CADENA que Carlos III hizo incluir en su sello la misma de la “empresa y divisa” a la que se refiere el documento de la princesa aragonesa? Hay que tener en cuenta que una EMPRESA era un voto caballeresco (que consistía en abstenerse de una cosa determinada o en exteriorizar con cualquier detalle llamativo o singular hasta haber combatido en un hecho de armas bajo determinados capítulos previamente fijados.
Así que vamos a suponer que el del príncipe Carlos estaría dirigido a su esposa, Leonor de Trastamara, y que sería expresado por esa cadena, que tanto representaría el amor que sentía por ella como sus propias armas heráldicas.
Es decir: que Carlos llevaría una cadena –probablemente de oro- bien visible, un día de la semana concreto o durante una temporada, esperando que otros caballeros vinieran a “liberarle” luchando contra él en una justa, según los “capítulos y ordenamientos” que había redactado y que fueron los que le solicitó para publicarlos la condesa de Girona, y que esos otros caballeros pudieran conocer, y en su caso aceptar, las condiciones.
Como el documento lleva fecha de 1386, esa sería la primera mención conocida a una “CADENA”, que también haría alusión, evidentemente, a las armas de Navarra, pues sí que conocíamos que fue en la corte de Carlos III donde se dio el cambio de nombre del emblema: de carbunclo a cadenas, sólo que hasta ahora se pensaba que la mención más antigua a dicha transformación fue en la “Genealogías de los Reyes de Navarra” o “Genealogía latina”, redactadas hacia 1400 en la corte de Carlos III, y donde podemos ver la descripción de las armas de Sancho el Fuerte:
“Iste Sancio ferebat in armis campum rubeum e catenas dauratas et similiter sucessorum”.Ahora bien, hay que tener en cuenta también que de ese tipo de cadenas eran utilizadas sobre todo para no perder las armas en pleno combate, y por eso pueden verse representadas en multitud de sellos y efigies sepulcrales de nobles y reyes de la época (sin ir más lejos, en los de los tres reyes de Navarra y Francia entre 1314 y 1328: Luis el Hutín, Felipe el Luengo y Carlos el Calvo, y luego también en los de Felipe III de Evreux -1328-1343). Un caballero podía llevar encima hasta cuatro. No está claro cómo evitaban enredarse con ellas. Sin embargo, la mayoría se contentaba con dos: una desde la daga y otra (de la que estamos tratando ahora mismo) desde la empuñadura de la espada hasta la coraza. La tercera cadena servía de adorno para el yelmo.
Es difícil imaginar que un caballero pudiera pelear sosteniendo en su mano una espada, sujeta a su coraza por una cadena de aproximadamente 1’20 mts (y, a menudo, de oro, es decir, ¡bastante pesada!), pero indudablemente sabían hacerlo.
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Dibujo del sello de Carlos III el Noble realizado por el erudito tudelano Juan Antonio Fernández, a finales del siglo XVIII, con la Cadena bien a la vista |
Lo curioso del caso que estoy comentando es que el sello de Carlos II parece demostrar que él no utilizó –como sí habían hecho sus antepasados- esa cadena de sujeción, pero que sí lo hizo su hijo, Carlos III, de quien sabemos además que por esos mismos años –en abril de 1386- estuvo en Zaragoza (el mismo lugar donde Concelin Blanc había confeccionado la matriz del segundo gran sello de su padre tan sólo un año antes) con los duques de Gerona, que son quienes apenas cinco meses después –en septiembre- le piden que les envíe los capítulos de su “empresa y divisa de la cadena”, cadena que hasta ahora podíamos pensar que nació efectivamente en la corte de Carlos III el Noble, hacia 1400, con esa mención a las armas de Sancho el Fuerte, corroborada luego por el Privilegio de la Unión de la Ciudad de Pamplona dictado por el mismo rey en 1423, donde habla bien claro del “renc de cadena” que irá alrededor de las nuevas armas heráldicas de la población unificada.
Pero ahora podemos estar seguros de que la cadena rondaba (y adornaba su brazo) al menos desde 1386. Y ese documento aragonés sería desde luego la primera mención conservada a la inquietud heráldica que llevó al rey de Navarra a cambiar el radiante carbunclo pomelado de sus armas por las cadenas que habría ganado su lejano antepasado Sancho VII el Fuerte en las Navas de Tolosa. Todo fuera por prestigiar aún más su Reino frente a las otras Cortes reales de la Cristiandad.
Y todo esto, sólo fijándome en el pequeño detalle de un sello. No tengo remedio…
©MIKEL ZUZA VINIEGRA, 2025




