miércoles, 25 de enero de 2017

UNA NUEVA ESPERANZA


Ayer, alarmado ante la noticia de que el desquiciado proyecto urbanístico que supone levantar torres de hasta 17 alturas en el solar que dejará Salesianos seguía para adelante, escribí una crónica que era tanto un grito de socorro como un mensaje dentro de una botella arrojada al siempre agreste e ignoto mar de la burocracia administrativa.

El hecho es que no podía yo creer que el nuevo Ayuntamiento diera su visto bueno a semejante locura, porque de ninguna otra manera puede llamarse a lo que cualquiera que sienta un poco esta ciudad ve inmediatamente: esas torres supondrían la modificación criminal y perpetua del horizonte más conocido, pintado y fotografiado de Pamplona/Iruña.

Es evidente que hay gente a la que todo esto se la trae al pairo, y que no cambiarían diez mil paisajes por un sólo cubo de hormigón. Pero yo no escribo para ellos, sino para quienes aún guarden dentro de sí un mínimo de preocupación por no alterar gravemente el entorno del que disfrutan. Y si lo disfrutan es gracias a que otros antes que ellos  lo cuidaron para que pudiese llegar hasta nosotros. Lo cierto es que no concibo más que un mandamiento urbanístico: no perder el tiempo -ni el dinero- en arreglar lo que no está estropeado.

Y he de decir, vista la información sobre la rueda de prensa que sobre este asunto han dado hoy el alcalde Joseba Asirón y el concejal Joxe Abaurrea, que afortunadamente el Ayuntamiento del cambio no está de acuerdo con el proyecto de Salesianos tal y cómo lo dejó -pésimamente, comme d'habitude- planteado UPN, y sobre todo con que esas torres de Mordor se recorten contra el cielo furiosamente azul que, los días de verano, puede contemplar todo aquel que suba desde Burlada, pasee por la Magdalena o simplemente se detenga embobado a disfrutar desde cualquier rincón prácticamente de la misma panorámica que dejaron dibujada los diletantes viajeros dieciochescos. Y júzguese si eso es o no es un privilegio, cuando los adoradores del cemento no paran de llenarlo todo en derredor con sus feísimas ocurrencias.



Os pego el enlace a dicha rueda de prensa, porque ellos evidentemente se explican mucho mejor que yo, y también para que veais que nunca, jamás, conviene perder la esperanza. Jugaba yo ayer en mi crónica a hacer analogías con "La Guerra de las Galaxias", y veo que, casualmente, en la nueva numeración de la saga, la que los de mi generación tuvimos por primera parte es ahora considerada la cuarta, y que su título es "Una nueva esperanza".


Y eso justamente es lo que tengo yo: la esperanza de que las cosas no vuelvan nunca en Pamplona a hacerse como antes, cuando los árboles se talaban a las 4 de la madrugada, los mosáicos se tiraban, las termas romanas no tenían ningún interés, las tumbas orientadas hacia la Meca valían menos que los Renault Clío, y las murallas enormes que quizás sirvieron para proteger al Burgo de la Población, sólo servirían ahora para apagar el cigarro de quienes dejen su coche en el aparcamiento de la Plaza del Castillo.


Enlace a la rueda de prensa: 

PAMPLONA RECHAZA EL PLAN DE SALESIANOS Y PIDE REPLANTEARLO

Todo está ahora en manos del Gobierno de Navarra, que afortunadamente es también un nuevo Gobierno de Navarra. El anterior Gobierno, comandado por un UPN en minoría, fue quien comenzó todo este desaguisado utilizando la artera trampa legal del Plan de incidencia supramunicipal (PSIS), y para vergüenza nuestra, el Ayuntamiento de Pamplona, comandado por la voz de su ama, dejó que le arrebataran sus competencias para meter 55.000 metros construidos en una parcela que, por su ubicación y dimensiones sólo permitía 35.000 metros cuadrados. Y evidentemente esa es también la explicación a las torres de hasta 17 alturas, porque la única manera de hacerlo es mediante la construcción de torres donde quepan muchos pisos, cuanto más altas, mejor (mejor, no sé para quién, porque para Pamplona es meridianamente claro que no). Así que espero que el actual Gobierno de Navarra esté a la altura -nunca mejor dicho- y modifique el proyecto para que lo que se construya en esa parcela no supere las alturas medias del Ensanche, que es lo que se debió hacer desde un principio, si al frente de este proyecto hubiese habido gente que ama a la ciudad donde vive y no sólo se preocupa por su cuenta corriente.

Y no quiero terminar esta nueva crónica sin agradecer a Joseba Asirón que haya comentado lo siguiente a mi alegato de ayer: "Nadie dirá que este fue el alcalde que propició semejante desastre. Como mucho, dirán que este es el alcalde por encima del cual tuvieron que pasar para hacerlo".

Sé que todas las comparaciones son odiosas, y que ayer empleé un ejemplo concreto del emperador Carlos I, aunque me temo que ni a Joseba ni a mí es un personaje que nos atraiga lo más mínimo. Así que hoy (mucho más tranquilo que ayer) recordaré a otro rey con cuya actuación creo que estaremos los dos bastante más de acuerdo...


Pues resulta que, en 1475, en mitad de las luchas por la posesión de la corona castellana, la batalla crucial iba a darse en la localidad extremeña de Alcantara, famosa por su maravilloso puente romano. Ante la posibilidad de que los portugueses lo emplearan para cruzar por él, Fernando "el Católico" (qué raro), ordenó volarlo. Enterado el rey portugués, Alfonso V, envío un mensajero al campamento de Fernando para decirle que no se preocupase, que su ejército daría un rodeo para no pasar por el puente, "pues no quería el reino de Castilla si, para lograrlo, debía destruirse tan impresionante edificio". 

© MIKEL ZUZA, 2017






martes, 24 de enero de 2017

PANORAMA PARA MATAR


El pasado fin de semana el Diario de Noticias publicaba un artículo encabezado por los siguientes titulares:

El plan de Salesianos saldrá adelante si la subasta de suelo cubre el coste del traslado

El Gobierno no pagará a la congregación si no se cuadra la operación cifrada en 50 millones

El Ayuntamiento dará licencia a nueve torres de hasta 17 alturas

TORRES DE 17 ALTURAS SOBRE LA MEDIALUNA

De los tres, el que más me preocupa y me apena es el tercero. Tanto, que ha conseguido lo que hasta ahora no había logrado nada ni nadie en este blog mío: que alabe yo a Carlos I España y V de Alemanía, un personaje por el que no siento simpatía alguna, como sabe cualquiera que me haya leído alguna vez.

Si teníais la edad justa cuando se estrenó la Guerra de las Galaxias, seguro que también cualquier cosa que suene a Imperio o a Emperador os repelerá profundamente. Si al crecer leísteis además lo que quien nació en un retrete de Gante (actual Bélgica) cometió en Navarra, aún lo comprenderéis mejor. Pero lo cortés no quita lo valiente, como descubriréis -si tenéis paciencia- al final de esta indignada crónica mía.

Y digo indignada porque, en mi ingenuidad, pensaba que esa locura de las torres de 17 alturas sobre el talud de la Medialuna era un proyecto del anterior equipo de gobierno del Ayuntamiento pamplonés (ellos sí, toda una auténtica "Estrella de la Muerte" para el buen gusto, la historia y el arte de esta ciudad) que afortunadamente había quedado atrás. Y ahora me desayuno con que el actual equipo de Gobierno dará la correspondiente licencia para semejante desatino. Y de verdad que no me lo puedo creer.

EL HORROR MÁS ABSOLUTO QUE NOS AGUARDA

No entiendo la jerga legal que el artículo contiene. No sé si esto tiene o no tiene vuelta atrás. Me temo que no, que no la tiene. Al parecer las parcelas de Salesianos saldrán a subasta pública por 50 millones de euros, y si constructores, especuladores y demás adoradores del hormigón las compran, esas horrendas torres se alzarán sobre -y destruirán para siempre- el horizonte pamplonés.

Dicen que harán 400 viviendas para mangantes (perdón, se me han trastabillado las letras, quería decir magnates. Bueno, igual en esta ocasión sí que quería decir lo que he dicho). De esos que apuesto desde ahora mismo que presumirán ante sus amistades de poder ver los toros -el paisaje nunca suele importarles- desde su balcón, con la neverica portátil bien llena de vino y jamón. ¡Ysis'hundelmundoques'hunda!

Y esto, en una ciudad donde se calcula que hay unos 20.000 pisos vacíos. Poderoso caballero es don dinero...

Para aparentar, también dicen que habrá un Civivox. Magra ganancia es esa, indudablemente, para el destrozo irremediable y perpetuo que cometerán contra el paisaje histórico de Pamplona. ¡Ya está el canso contra cualquier cosa que signifique progreso! Pues sí: ya está el canso, pero no contra lo que algunos sacamantecas consideran progreso (cemento, hormigón y Calatravismo papanático y estúpido), sino contra lo que hace temblar sólo viéndolo sobre plano.

Y es que nada tendría yo que oponer a que estas torres se construyesen en Lezkairu, Ripagaña o donde quiera que pasen tan desapercibidas como el resto de las cúbicas o paralelepipédicas colmenas humanas donde todos vivimos. Pero donde están proyectadas, ominosamente dominantes sobre una de las panorámicas más bellas de Pamplona -que gracias a barrabases anteriores ya tiene demasiado de lo que arrepentirse, urbanísticamente hablando- lo que me sale de dentro es poner el grito en ese mismo cielo que ellos van a llenar de cubos de sopicaldo grises y neosoviéticos.

Ser bruto no me hace desde luego compartir la fe en el Brutalismo, el único mandamiento y/o estilo ¿artístico? que parece emanar de la Facultad de Arquitectura que -desdichadísimamente, en mi opinión- padecemos en Pamplona. ¿Quieren hacer sus boñigas acerokortianas? Pues háganlo en buena hora en lugares donde no se carguen algo bello, por favor.

Y no me estoy refiriendo al colegio de los Salesianos, que es igual de feo que todo lo que los hijos de San Juan Bosco acostumbraban a edificar (los jesuitas también sentían predilección por la fealdad más absoluta, lo que viendo la cara de su fundador no ofrece sorpresa ninguna). No, yo sólo estoy hablando, lo reitero, de esa skyline (si no utilizas términos ingleses no eres nadie, lo sé) dominada por la catedral, que es lo primero que se ve cuando se llega desde el norte, y que pasará a segundo plano para que las torres de Mordor sean las que te horroricen primero desde cualquier punto cardinal.

Al que le guste semejante perspectiva que se la quede, lo que es yo se la regalo encantado. Tendremos lo mismo que cualquier otra ciudad, y perderemos lo que no tenía ninguna salvo Pamplona: esa panorámica concreta. He dicho que odio los imperios. También odio la uniformidad. Detesto que todo sea igual, y que si te dejan en medio de una plaza "mineral", no sepas si estás en Pamplona, en Logroño o en Cochabamba, porque todas son iguales las unas a las otras.

Os pongo imágenes de los proyectos presentados. No diré nada sobre ellos, más allá de apuntar cuál es el ganador. Además, si dijera lo que realmente pienso probablemente me cerrarían el blog.

En cuanto a los Salesianos, que son los que han dado inicio a este disparate, sólo les recordaré una frase de su fundador:

"Nuestra misión principal será enseñar a todos los jóvenes del mundo la fealdad del pecado y la belleza de la virtud".

Pues eso, a ver si le hacen caso.

Gaztelu Jerez Arquitectos

Aguinaga y Asociados

Gaztelu Jerez

OM ARQ

OFS Architects

Rubio Bilbao
Larraz  Arquitectos
PROYECTO GANADOR
Larraz Arquitectos
PROYECTO GANADOR
Larraz Arquitectos
PROYECTO GANADOR


Y naturalmente que tales proyectos pueden pareceros maravillosos. Sólo que entonces no os consideraré soldados libres de la República, sino esclavos borreguiles del Imperio. Aunque tratándose de arquitectura y paisaje en Pamplona, "Jedi" no se pronuncie nunca "Jedái", sino "Jodí": Jodí la Plaza del Castillo, Jodí la Biblioteca de Navarra en el Centro, Jodí la Ciudadela levantando el Catafalco de Lenin, Jodí Aranzadi, Jodí el Ensanche dejando levantar horribles emplastos como el que actualmente se termina en la avda de Roncesvalles. Habría tantos ejemplos de Jodí... Darth Barcious sabe bastante de esto. Bueno, ella sin duda lo  llamaría progreso...

Y seré ingenuo, pero me niego a pensar que gente que sé que verdaderamente siente la ciudad como el concejal Cabasés o el alcalde Asirón quieran pasar a la historia engrosando la lista de los Jodí. Y no de una manera cualquiera, si no de una que no se podrá ocultar jamás, porque será lo primero que salte a la vista en cuanto alguien mire hacia esta chiquita y apañada capital.

-Oye, ¿y qué pasa con el emperador Carlos V?

-Ah, sí. Pues resulta que en 1523 el obispo de Córdoba, un imbécil llamado Alonso Manrique, decidió abatir unas setenta columnas de la mezquita para insertar una iglesia de cuarenta y tres metros por quince. El municipio y el cabildo se opusieron a semejante locura, pero el mastuerzo recurrió al emperador, que no había estado nunca en la ciudad, y que acabó dando su regio permiso para la destrucción de la integridad del templo de los Omeya. La Junta del Ayuntamiento había declarado: "lo que se quiere deshacer no podrá ser reemplazado por nada que alcance semejante perfección". El ¿arquitecto? encargado del crimen fue Hernán Ruiz, que optó por un lamentable estilo plateresco que se daba de puñetazos con el entorno.


Cuando la salvajada culminó, unos años después, el emperador Carlos llegó a la ciudad y fue invitado a contemplar el resultado. Abatido, dijo a los canónigos: "Si hubiera sabido lo que teníais intención de hacer, de cierto que no os hubiera dado mi permiso, porque lo que aquí habéis hecho se puede hallar en cualquier sitio, mientras que lo que teníais antes no existe en parte alguna del mundo".

© JJ KING



Tristemente, este desahogo mío podría ser también un complemente para este otro texto que escribí hace unos meses:


© MIKEL ZUZA VINIEGRA, 2017




jueves, 5 de enero de 2017

NADA DE MALO

Palacio Real de Pamplona, 5 de enero de 1387

-¿Pero cómo vamos a disfrazarnos estando el rey de cuerpo presente? ¿Aún no se ha enfriado su cuerpo en la caja y ya estáis pensando en hacer el ganso? ¿No comprendéis que nos mandarán ahorcar por no mostrar respeto?

-Respeto en grado máximo es precisamente lo que mostraremos, que esta fue la última voluntad de don Carlos. Y en este documento quedó sellada con su propio anillo. Nadie podrá por tanto echarnos nada en cara, ni siquiera el propio príncipe Carlos cuando llegue desde Valladolid.

-Pues yo no las tengo todas conmigo, que sólo somos tres, y la guardia personal del rey era -y es- muy quisquillosa. Y el rey sólo hace cuatro días que murió... Dejadme ver ese papel... Sí, no hay duda, aquí lo pone bien claro:

"Yo, Charles, por la gracia de Dios, Rey de Navarra y conde de Evreux. A los que esta carta vieren u oyeren, ordeno y mando que se cumpla mi deseo. Y este es que sean agasajados mis hijos, Leonel, que tuve de Catalina de Lizaso, que ahora tiene diez años; y Johana, que tuve de Catalina de Esparza, que cuenta con nueve, por haber sido el único consuelo y alegría, junto con los proporcionados por mi hijo legítimo y heredero el buen príncipe Carlos, que he tenido en mi vejez. Y se hará de tal modo, dadas las fechas que son, justo como yo les había prometido, y será que tres hombres justos et cuerdos vestirán ropas lujosas et se pintarán el rostro con oleos y aceites para remedar ser los Reyes que de Oriente vinieron a adorar a Nuestro Señor. Et sepan todos que, de poder incorporarme del lecho, haré yo el papel de rey Melchor, que mucha devoción tengo por él, et si non pudiera yo incorporarme, o la muerte me llevase antes consigo, sea mi canciller Pedro de Zabalza -que gusta mucho siempre de hacer monerías- quien lo haga. Et sean entonces los otros dos reyes los caballeros Alberto de Elizalde -que es pelirrojo y sabio, como Gaspar- y Miguel de Zuazu -que es elocuente, retórico y moreno de piel, como Baltasar-. Y habrán de ir los tres juntos a la alcoba del palacio donde residen Leonel y Johana, y habrán de entregarles como regalo a cada uno una espada de madera muy bien labrada y una muñeca muy bien cosida. Entendiéndose que ambos recibirán tanto la espada como la muñeca, que muy partidario soy de educar en igualdad a hombres y mujeres. Además tienen los regalos hondo significado, pues la espada es para que ambos sepan lo que ha costado a su padre defender Navarra;  y la muñeca para que tengan muy presente lo que sufrió nuestro pueblo en todas las guerras que emprendí por mi loca cabeza. Et si todo esto no se hiciere tal y como así lo he dispuesto, no descanse mi corazón hasta vengarme del odiado rey de Francia primero, y de los tres supradictos caballeros después. 
Obedézcase y cúmplase."


-Pues sí, no cabe duda de que don Carlos lo dejó muy claramente establecido. Y buena cosa será hacerle caso, no sólo por no tener su tembible corazón latiendo sobre nuestras cabezas durante siglos, si no porque esos pobres mocetes estarán aterrados en su habitación, con todo este ruido de campanas atronando a muerto por toda la ciudad, y sobre todo con la tristeza de haber quedado huérfanos de padre tan distinguido.

-En eso tenéis razón, que mucha alegría les dará saber que su último mandamiento lo dictó pensando en ellos. Pero aún así me niego a dar un paso si no incluimos también a los huérfanos del cercano Hospital de San Miguel en este embrollo de los regalos no sexistas e igualitarios.

-¿Y de dónde sacaremos los carlines necesarios para tanto chaval? Porque las arcas reales están completamente vacías...

-¡Zabalza lo pagará todo, como siempre!



Et dicen que mucho se alegraron Johana, Leonel y todos los muetes del Hospital de San Miguel  por recibir tales regalos, que este cronista espera y desea que no sean nada comparados con los que tod@s l@s lector@s de mi Blog reciban esta noche. 
Y sed buen@s, al menos tanto como el rey don Carlos II de Navarra.




© MIKEL ZUZA VINIEGRA, 2017