jueves, 7 de marzo de 2019

UTRIMQUE RODITUR


En la fabulosamente dieciochesca Biblioteca de la catedral de Pamplona, se conservan una serie de Atlas tan hermosos como sólo pueden serlo esos coloridos planisferios de los siglos XVI y XVII, cuando todavía quedaban territorios por descubrir y por describir. En una de mis visitas tuve la suerte de poder ojear uno de ellos titulado: "Parte del Atlas Mayor o Geographía Blaviana, que contiene las cartas y descripciones de las Españas", fechado en el año 1672. 



Es una obra soberbia, de un tamaño que hoy podríamos identificar con las aparatosas ediciones de Taschen, como corresponde al que podríamos considerar como verdadero rey de los Atlas, cuyo nombre de pila tan evocador: "Geographia Blaviana", le viene por el de su autor: el holandés Willem Janzoon Blaeu.

Además de los mapas, que son un prodigio de detalle, los editores se preocuparon de incluir noticias históricas de cada reino, que, como de costumbre, no me hubieran llamado demasiado la atención si alguna de ellas no permitiese echar a volar mi muy blaviana imaginación. ¿Cómo definir si no esta más que sorprendente etimología del nombre de Navarra?:


Porque por supuesto que he conocido y conozco muchos paisanos nuestros que hacen de la barra un modo de vida, pero jamás pude pensar hasta consultar al señor Blaeu que lo que realmente hacían todos ellos cuando empinaban el codo con tanta frecuencia era una muestra constante de patriotismo navarro (o labarro, a elegir). 


Esta insólita información proporcionada por el cartógrafo holandés abre también una nueva era en el campo de nuestra Etnografía, pues basta con imaginarse cómo se llamarían hoy día algunas instituciones de haber hecho caso al erudito neerlandés, para comprender la importancia de su descubrimiento. Así, glosar por ejemplo las históricas hazañas de los gloriosos Reyes de La barra, poder votar en las elecciones para escoger al Gobierno de La barra, cantar a voz en grito el pasodoble: "¡No te vayas de La barraaaa!", o grabar en las matrículas automovilísticas LA en vez del histórico NA, como si la eurovisiva Massiel hubiera sido elevada sobre el pavés, no me cabe la menor duda de que  hubiesen mejorado mucho nuestro siempre crispado ambiente político. 

Bien asentadas todas estas acrisoladas certezas, diré también que no he encontrado en la Crónica del obispo García de Eugui la cita en la que Blaeu asegura basar su afirmación. Pero como también nombra al cronista Tristán de Silva, y este fue un castellano muy alejado de la realidad navarra, que además dedicó sus esfuerzos historiográficos exclusivamente a hacerle la pelota al emperador Carlos V, y que precisamente por eso mismo logró ser alcalde de -¡Caramba, qué sorpresa!- Madrid, podríamos adjudicarle a él -sin temor a equivocarnos demasiado- esta invención del "UTRIMQUE RODITUR" - "POR TODAS PARTES ME ROEN"-, el supuesto lema (que nunca lo fue) del príncipe de Viana, y que según el imaginativo cronista ni siquiera vendría de Carlos de Viana, sino de Sancho el Fuerte, que habría dejado así fijado el principal problema del reino de Navarra a lo largo de su trayectoria como país independiente: la continua apetencia de sus vecinos (Castilla, Aragón y Francia) por repartírselo y acabar con sus libertades políticas. La plasmación gráfica de esas constantes invasiones serían los dos lebreles que a los pies de la reina Leonor se pelean por un hueso (que representaría a Navarra) en la tumba del rey Carlos III el Noble en la catedral de Pamplona. 


Sin embargo, huelga decir que ni ese sepulcro (construido en 1425), ni la invención del castellano Tristán de Silva, luego recogida por el holandés Blaeu (que justo es reconocer que no le da validez alguna, como puede verse en el texto), tienen base histórica alguna, y que por tanto ni Navarra fue nunca La barra (aunque alguna vez podamos ponerlo seriamente en duda), ni el lema "Utrimque roditur" es otra cosa que una curiosa adjudicación que, eso sí, ha gozado de tanto éxito que incluso hoy en día puede seguir utilizándose perfectamente para explicar la alevosa actitud de supuestos líderes políticos que todo lo que saben de Navarra parecen haberlo aprendido en la barra -ellos sí- de un bar. madrileño

Mapa del Reino de Navarra en la Geographia Blaviana (1672)


©MIKEL ZUZA VINIEGRA, 2019