sábado, 25 de marzo de 2017

CARPINTEREANDO

Patio de la pajarera, palacio real de Olite, 25 de marzo de 1429


-¡Ya estoy harto de este estruendo que no cesa ni de día ni de noche! En Castilla hace tiempo que todos estos pájaros estarían listos para ser asados a la parrilla. Y si no fuera por la escena que seguro me prepararía mi mujer, a fe que ya estarían todos en mi plato...

-Pero mi señor don Juan, recordad que vos sólo sois el rey consorte, y que ella es la reina propietaria, No queráis darle otro disgusto más pensando en llevar a cabo esa locura que decís.

-¿Y a vos qué os importa lo que yo haga o deje de hacer? Lo que ocurre es que sin esta plaga de alas, picos y patas, perderíais vuestro bien remunerado puesto de pajarero mayor del palacio, que os otorgó el bobo de mi hijo porque -él sí- tiene siempre la cabeza a pájaros. ¿Y total, para qué? Si aún fuesen águilas, tagormas o neblíes las aves que custodiáis en este rincón, todavía podría entenderlo. Pero de eso se ocupan gentes más capaces que vos, que no tiemblan ante la sangre, ni con la carne desgarrada por las rapaces. Recordad esta lección de política aplicada, majadero: siempre habrá halcones y palomas. Yo soy indudablemente de los primeros, y mi hijo Carlos ya voy comprobando que su madre lo está convirtiendo en representante máximo de las segundas. No le arriendo la ganancia...

-Mejor recordad vos los santos evangelios sobre los que jurasteis mejorar y no empeorar la condición de los navarros: "Mirad las aves del Cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen semillas en graneros, y sin embargo nuestro Padre celestial las alimenta".

-Esa es otra, gracias por recordarmelo: ¿quién paga todo el grano que comen estas inmundas bestias? Yo, ¿no es cierto?

-No es cierto: es vuestra esposa Blanca quién lo  hace.

-Pues id entonces a pedirle vuestro finiquito, porque no quiero veros más por aquí. Y marchad tranquilo, que ya me encargaré yo personalmente de que todos estos alados gorrones  acaben en la barriga de mis guardias castellanos. Pero.... ¿qué hace este bicharraco? ¡¡¡Quitádmelo de encima!!! ¡¡¡Quitádmelo!!!

-Imposible, señor: ved que es un hermosísimo pájaro carpintero, que demasiado bien ha comprendido que vuestra cabeza está hecha del más apetecible de los alcornoques. ¡Y escuchad como resuena a hueco cada vez que os picotea en ella! Además, vos, que sois tan observante de la etiqueta, entenderéis perfectamente que no pueda hacer yo nada para evitaros el daño, pues estaréis comprobando que su plumaje es precisamente rojo, blanco y azul: los colores emblemáticos de los reyes de Navarra, y por lo tanto de mi señora doña Blanca y de mi señor el príncipe don Carlos. ¿Cómo habría yo entonces oponerme a su ataque? Llamad a esas águilas, tagormas y neblíes que decíais antes, a ver si ellas pueden con él. Mientras tanto disculparéis que yo obedezca escrupulosamente vuestra última orden y corra a refugiarme a galope tendido en mi pueblo, donde os aguardaré encantado, si acaso queréis que solucionemos nuestro problema persona. Recordad, señor: me llamo Walter, y soy de Lantz. Así que es a Walter Lantz a quien podéis enviar vuestra carta de desafío. Y una última cosa: si el príncipe me llega a contar que habéis tocado la pluma de uno solo de estos pájaros, les daré de comer vuestros ojos. Y tened en cuenta que los de Lantz no amenazamos en vano, sino que cumplimos siempre lo que nos proponemos. Preguntad si no a mi gran amigo Miel Otxin...










© MIKEL ZUZA VINIEGRA, 2017