viernes, 27 de julio de 2018

CELOS ENTRE ESCRITORES


-Al final nos pillarán, ya lo veréis...

-¡Bah, si no se fija nadie en nosotros!

-Pues Zuza ya se dio cuenta aquella vez...

-¡Pero si venía de las tabernas de la rúa de San Nicolás y llevaba un tablón de campeonato! Debió parecerle que se lo había imaginado...

-¡La culpa fue tuya, Arbolancha, que te despistaste y en vez de volver a tu sitio te pusiste en el de Sada! ¡Y encima tú miras a la izquierda y te colocaste entre los que miran hacia la derecha!

-¿Culpa mía? ¡Pero si la idea de que nos moviéramos cada noche fue vuestra, príncipe!



-¿Y qué queríais, que nos mantuviéramos así de quietos otros 122 años más? Mira que le inspiré en sueños al pesado de Ansoleaga que cuando proyectase la fachada del Archivo nos colocase en parejas para poder mantener interesantes conversaciones, y no cuatro mirando a un lado y otros cuatro mirando al otro, pero nada, era un sieso. Tanto que a mí, que soy el más importante de todos vosotros, me colocó en el extremo, y a Azpilicueta y a Ximénez de Rada en el centro ¿Dónde se ha visto cosa igual?



-A ver si os pensáis que teneros tan cerca es plato de gusto, príncipe, siempre aguantando vuestra batallita sobre la Cuarta Parte de vuestra Crónica. Empiezo a pensar que no la escribísteis nunca...

-¿Y me lo decís vos, fray Diego, que sois el autor del tratado más aburrido que vieron los siglos? Porque somos de piedra y no tenemos que dormir, porque si no, bastaría con que cada noche nos leyéseis dos o tres líneas de vuestro libro para que nos pusiéramos a roncar...

-¡Seréis insolente y maleducado! ¡Pues vos sois un plagiario, que copiastéis (sin citarlo) más de la mitad de vuestra obra a Garci López de Roncesvalles! ¡Él es quien debiera estar representado en esta fachada, y no vos!

-¡Lo que pasa es que en el siglo XV no estaban regulados los derechos de autor! ¡Además: si nosotros somos los ocho mejores escritores de Navarra, vos sois quien no pinta nada aquí, fray Diego, porque aburrís a las piedras con vuestra latiniparla incomprensible!

-Ya, ya... Pues si tan príncipe fuísteis, ¿por qué no los regulásteis vos? ¡Escritor de boquilla es lo que sois vos, don Carlos!

-¡Y dale! Ya están el principe de Viana y fray Diego de Estella discutiendo otra vez... 122 años y no ha habido noche que no acabasen igual, menuda suerte tenemos, padre Moret, de estar al otro lado.



-Y tanto, señor de Jaso, y tanto. Pero...¡Chist, calláos de una vez, que vienen los forales!

-¡Uff, casi nos pillan esta vez!

-¿Esos, qué nos van a pillar? Otra cosica eran mis guardias del palacio de Olite, a ellos si que no se les escapaba ni un alborotador. Además, que estos forales, desde que les quitaron las txapelas, no han vuelto a ser los mismos. Con esas gorras parecen una mala imitación de los ayudantes del departamento del Sheriff del Condado de Maricopa (Arizona, Estados Unidos).

-¡Vaya con el "intelectual", que se pasa todas las mañanas oyendo los programas de crímenes de la Sexta que nos llegan desde el balcón abierto del restaurante San Ignacio! Sabréis vos mucho de gorros, que ese que os puso Ansoleaga sobre vuestra molondra parece talmente un cono de tráfico...

-¿De verdad queréis que os diga dónde podéis meteros este cono, fray Diego? ¡Al cabo que a vos os representó mejor nuestro pésimo arquitecto, que parece que llevais un queso de tetilla en vuestra oronda cabezota!



-¡Nada, que no se cansan estos dos pelmas! ¿No será que tenéis alguna tensión sexual no resuelta? ¡Iros al Yoldi los dos y dejadnos dormir a los demás, coñe!

-¿Pero qué estáis insinuando, Sada? Mirad que él se quita el gorro y yo no atiendo a la tonsura y la tenemos...

-¡Cuando sea rey lo primero que pienso ordenar es que raspen vuestros siete medallones y que retallen por encima a siete damas más bellas que Sigrid de Thule. El harén de la avenida de San Ignacio nos van a llamar, ya lo veréis...

-Buenoooo, ya se ha debido quitar el gorro y le ha vuelto a dar el sol en la cabeza... ¿Y así vamos a tener que estar 122 años más? Porque entonces igual pido el traslado a la Taconera, que me coloquen a los pies de Mariblanca y pueda así perderos de vista a todos, ¡socansos!

-¡Chist, Moret, calláos todos, que está amaneciendo! Hasta dentro de unas horas, y a ver si mañana nos despertamos los ocho un poco menos vinagres que de costumbre, por favor...

© MIKEL ZUZA VINIEGRA, 2018